Estimados colegas: comenzaremos esta breve columna de noticias regionales con un evento que, sin dudas, fueron los dos hechos transcendentales para la Región, desde nuestro último encuentro.
Líderes de toda América Latina y el Caribe llegaron el lunes 17 de julio a la Cumbre UE-CELAC (Unión Europea-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en el marco de los esfuerzos por impulsar los lazos entre ambos continentes.
El Análisis de Malena Castaldi sobre lo que dejó la cumbre entre la Unión Europea y la Celac: ¿y ahora qué?
“Luego de ocho años, la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) volvieron a sentarse a la mesa en Bruselas. La instancia tuvo un por qué y un para qué y de eso te propongo hablar…”
“el objetivo de la UE es anclar una sociedad de mutuo beneficio en áreas estratégicas: derechos humanos y democracia, digitalización y desarrollo tecnológico, medio ambiente y desarrollo sustentable. En ese marco, destinará unos 50.000 millones de euros en 130 proyectos en América Latina en programas de cooperación y estudios estratégicos para promover inversiones.
¿Por qué la UE incentiva esto y por qué lo hace en este momento? El contexto es clave: la UE busca autonomía energética de Rusia e industrial de China. La Invasión a Ucrania terminó de erosionar el vínculo diplomático con el Kremlin, mientras la avanzada comercial y estratégica que China despliega hace décadas con su Ruta de la Seda despabiló a los países europeos, que ahora encienden motores en la misma dirección. Para la UE, América Latina y el Caribe es un socio natural, no solo por la conexión cultural, sino por la complementariedad comercial. Afianzar esos lazos es necesario y la UE lo explicita con transparencia. La cumbre, posterior a la presentación del Global Gateway, es una forma de materializar esta nueva etapa, que busca alinear los intereses de ambas regiones. Un «Catan», a su manera, con múltiples ganadores.
Una negociación eficiente no solo implica beneficios para las partes, sino el timing propicio. Las tortas pasadas de horno no le saben bien a nadie. Sin embargo, tras 23 años de conversaciones el acuerdo entre la UE y el Mercosur parece haber ganado una nueva bocanada de aire en esta última cumbre, donde se alinearon los astros de la geopolítica y la necesidad.
Es un nuevo mojón, pero está exigido a no quedar en la nada para que el instrumento y los interlocutores no pierdan credibilidad. Seamos justos: el acuerdo político se había alcanzado en 2019 pero entonces Alemania y Francia, dos países que inclinan la balanza, no le dieron prioridad a cristalizar las intenciones en un documento final. Alemania estaba enfocada en sus asuntos internos y Francia en defender sus intereses, adoptando una postura proteccionista. Entonces, la UE puso peros y sumó condiciones. Además, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro era considerado una figura «tóxica», dijo una fuente de la UE en Bruselas. Con la llegada de Luis Inácio Lula Da Silva al sillón presidencial del gigante sudamericano, los ánimos y los incentivos cambiaron. La UE presentó un documento adicional, llamado side letter, que incluía condiciones medioambientales, especialmente en lo que respecta a la deforestación en la Amazonia, y en línea con nuevas leyes europeas que a partir de 2024 vedarán importar bienes fabricados en países que no apliquen normas sustentables. Es decir, las naciones que no se alineen con esos objetivos quedarán, más temprano que tarde, embretadas en términos comerciales y perderán ese mercado. Esto no le simpatizó a Brasil. Entre líneas, a Lula no le gustó que le impusieran desde Europa lo que debe hacer, menos aún cuando su campaña electoral contempló la deforestación en la Amazonia y su ministra de Medio Ambiente es Marina Silva, reconocida y galardonada ambientalista.
Argentina, como Brasil, puso peros al documento, pero accedió a avanzar tras descartar perjuicios. Lula, que no confirmó su presencia a la cumbre hasta último momento, finalmente asistió y llevó bajo el brazo la contrapropuesta del Mercosur a la side letter de la UE, cumpliendo con las expectativas de los europeos, pero especialmente de sus socios más pequeños en el bloque sudamericano. «? Uruguay está listo para firmar! También Paraguay», dijo un técnico de primera línea de la UE a los periodistas en Bélgica, semanas antes de la cumbre. La cancillería uruguaya siempre se manifestó en la misma línea. «Por Uruguay no va a ser que no avance el acuerdo», me dijo el vicecanciller Nicolás Albertoni antes de viajar, y agregó que Uruguay no le quita el cuerpo a los asuntos ambientales porque los tiene asumidos como «política de Estado». «Basta de palabras, de 25 años de negociación», dijo el presidente uruguayo Lacalle Pou en Bruselas este martes. El mandatario, sin pelos en la lengua, reclamó acción y celebró que las conversaciones se retomen. De acuerdo con la agenda, las negociaciones volverían a activarse en agosto, con evaluaciones sobre los planteos que realizó el Mercosur. Pero habrá que ver cuánto avanza el walk the talk al que se refirió Lacalle Pou. Lo cierto es que existe una ventana de tiempo para que el acuerdo se concrete, que está pautada por las elecciones en la Unión Europea que tendrán lugar el próximo año, a lo que se suma el corsé de un pormenorizado proceso burocrático cuando se acuerde el texto. Lo que todos esperan es la foto de un nuevo acuerdo político entre la UE y el Mercosur, para luego avanzar con las ratificaciones necesarias. Si se llega a ese punto, habrá suspiros de alivio. ¿Probabilidades? 50% y 50%”
Brasil:
Lula da Silva se rebela ante la Unión Europea: rechaza imposiciones en el acuerdo con el Mercosur «La respuesta brasileña está siendo discutida entre los cuatro países (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), y en dos semanas, o en tres semanas, habremos entregado definitivamente la propuesta a la UE», manifestó el presidente pro témpore del Mercosur El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió el pasado 4 de julio la titularidad del Mercosur, anunció que en «dos o tres semanas» enviará la respuesta del bloque regional al instrumento adicional presentado en marzo por la Unión Europea (UE), que establece nuevas exigencias medioambientales para ratificar el acuerdo, y consideró que ambas partes tienen que ceder. «La respuesta brasileña está siendo discutida entre los cuatro países (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), y en dos semanas, o en tres semanas, habremos entregado definitivamente la propuesta a la UE», manifestó Lula en una conferencia de prensa en Bruselas, después de participar lunes y martes en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con la UE.
Uruguay:
Lacalle Pou ve con «moderado optimismo» los avances sobre el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur
El mandatario sostuvo que los próximos meses son «fundamentales» para las negociaciones. El presidente Luis Lacalle Pou regresó a Uruguay este jueves luego de participar en la cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que reunió a los 33 países que integran la Celac y los 27 de la UE en Bruselas, Bélgica, entre el lunes 17 y martes 18. En ese marco, habló con la prensa y dijo que volvió con «moderado optimismo» sobre los avances en las negociaciones birregionales. «No quiero hacer un pronóstico, pero, desde mi punto de vista, si nos situamos más en lo comercial, podemos avanzar más rápidamente. Y ese sería para Uruguay el mejor de los escenarios», afirmó Lacalle Pou. El mandatario consideró que en el aspecto comercial no existe la complejidad que sí está presente en el ámbito político. «El tema político es el tema más complejo, y obviamente el tema ambiental, que es transversal a todos estos elementos que estamos hablando», dijo el presidente en relación a la situación de Brasil. De todas formas, dijo que durante la cumbre el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó su «interés en avanzar» en trabajar para la conclusión de las negociaciones. Lacalle Pou sostuvo que «quizá Brasil era uno de los obstáculos» para concluir el acuerdo en relación a temas ambientales. También destacó que hubo una «toma de conciencia» en que negociar durante 25 años «no parece lógico y menos en la vertiginosidad del mundo moderno».
Bienvenido Brasil a la PRESIDENCIA PRO TEMPORE del Mercosur.
Cumbre del Mercosur: Cafiero reiteró que las “asimetrías” complican el acuerdo con la Unión Europea y Uruguay fue otra vez muy crítico El canciller argentino afirmó que las nuevas condiciones de la Unión Europea complican la confluencia; duras críticas del canciller uruguayo Bustillo al bloque regional En la jornada previa a la reunión de presidentes del Mercosur, en la que se debatirá el futuro del bloque regional y el discutido acuerdo con la Unión Europea (UE), el canciller argentino, Santiago Cafiero, inauguró hoy el encuentro de sus pares con una mirada crítica sobre esa eventual confluencia, cuando faltan pocos meses para finalizar el mandato de Alberto Fernández. “El Acuerdo Mercosur-UE, tal como fue cerrado en 2019, refleja un esfuerzo desigual entre bloques asimétricos y no responde al escenario internacional actual”, dijo el canciller en la apertura del encuentro de Puerto Iguazú, Misiones, que contó con la presencia de sus pares de Brasil, Arturo Vieira; de Uruguay, Francisco Bustillo, y de Paraguay, Julio César Arriola. También se sumó el canciller de Bolivia-estado asociado por el momento-Rogelio Mayta. Sin dar por caído el acuerdo-el Mercosur deberá responder a la contrapropuesta europea en la cumbre Celac-UE, el próximo 17 en Bruselas- aunque sin espacio para el optimismo desmedido, Cafiero advirtió sobre la imposibilidad de cumplir con las “nuevas condiciones” pedidas por Europa, sobre todo en materia ambiental. “Europa nos pide cambios, pero no nos dice cómo los vamos a implementar”, dijo, y ejemplificó con el caso de la deforestación de la Amazonia.
La moneda común
No fue del FMI de lo que habló el ministro sin embargo en la reunión ordinaria del Consejo Mercado Común del Mercosur. En cambio, puso sobre la mesa el tema de la moneda común para el intercambio regional. “Para fortalecer el comercio intra-Mercosur hay que consolidar los acuerdos en moneda local entre nuestros países. El uso de monedas locales nos evita ser rehenes de los shocks externos y nos da mayor capacidad de desarrollo económico en la región”, dijo allí. La funcionaria del Ministerio de Hacienda de Brasil, Tatiana Rosito, reforzó los mismos conceptos. A Massa lo acompañó parte del gabinete económico que unas horas antes había estado reunido en su casa: el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, el de Asuntos Económicos y Financieros Internacionales, Marco Lavagna, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y la flamante incorporación, casi a modo de presentación oficial en tierra colorada: el exministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, ahora en su rol de asesor ad honorem.