Un gran desafío que tenemos hoy en día con los equipos a cargo, es primero estar nosotros auto motivados y en segundo lugar acompañarlos a cada uno de ellos para que también lo estén.
La motivación recordemos que podemos explicarla desde este sencillo juego de palabras:
Motivación: Motivo + acción
Si nos detenemos en esta definición podemos decir que no existe motivación sin la correcta identificación de un MOTIVO (Destino) que sea alcanzado a partir de la ACCION (Recorrido).
Las preguntas aquí serían ¿tenemos tan claro nuestro destino? ¿Sabemos realmente donde queremos llegar?
No podremos accionar de manera efectiva o correcta si no tenemos claro ese motivo.
Por otro lado, no se puede motivar a otros si ellos no están auto motivados, sólo se puede inducir y acompañarlos en su propia automotivación
Una de las tareas más importantes como líderes es la de contribuir a que nuestros colaboradores logren esa automotivación. Por supuesto esto sólo lo lograremos si en primer lugar logramos auto motivarnos nosotros.
El desempeño y la motivación
El desempeño tanto nuestro como de nuestro equipo estará dado por la interacción entre la capacidad, la motivación y la oportunidad de desempeñarse.
Esto significa que alguien en nuestro equipo pueda tener mucha capacidad, pero quizás no esta motivado y eso lamentablemente influirá negativamente en su desempeño.
También podría darse el caso de que ese colaborador tenga mucha capacidad y este motivado pero que su jefe o el propio entorno no le de la oportunidad de desempeñarse de la manera adecuada, esto también redundara en su motivación y en su desempeño.
Consideremos entonces que para un desempeño efectivo es necesario:
Capacidad: Se logra con capacitación en el puesto de trabajo.
Motivación: Acompañemos esa auto motivación de cada uno del equipo.
Oportunidad de desempeñarse: Es necesario que el líder permita a cada participante (Y de acuerdo a su grado de desarrollo) trabajar de manera autónoma, desempeñándose en su puesto con libertad y a gusto.
Como podemos acompañar entonces la motivación de nuestro equipo
- Creando climas resonantes de trabajo donde se fomente y contagie el entusiasmo, la alegría y la creatividad.
- Diseñando y sosteniendo agendas donde tengamos tiempo para conversar con el equipo. No solo temas tales como objetivos, tareas, plazos y cumplimientos. Agrandemos la agenda y tengamos pensado actividades donde podamos conocerlos, saber que los motiva, que les genera pasión, que los entusiasma.
- Desarrollando la escucha activa, mucho se hable de escuchar sin embargo no siempre esta tan presente. En algunos casos solo se escucha para convencer sobre determinada decisión o postura y poco para comprender el punto de vista de los otros. Es importante re chequear lo que escuchamos o lo que los otros escuchan de lo que decimos.
- Indagando más para conocer los puntos de vista del equipo.
- Reconociendo y valorando las diferencias en cada integrante del equipo, lo que también llevara a que tengan motivaciones propias muy heterogéneas.
Demos lugar a decir que algo no lo saben, seamos más cercanos, acompañemos a nuestros colaboradores en su aprendizaje, demos la oportunidad de que aprendan del error para que sea algo valioso y un punto de partida para no volver a cometerlo.
Beneficios de un equipo motivado:
- A nivel organizacional: Alcanzar los resultados esperados.
- A nivel tareas: Mayor efectividad.
- A nivel de las personas: Satisfacción, mayor compromiso, menor ausentismo, bajos nivel de rotación.
Por último, en general como coach organizacional las empresas me contratan para alcanzar mejores resultados (TENER), y me solicitan trabajar con las acciones del equipo (HACER), y creo que es muy importante, pero más efectivo aún trabajar sobre las competencias blandas (Regulación emocional, empatía, escucha activa, automotivación, entre otros) que apuntan directamente al SER.
Como líder ¿Cuánto estás trabajando en tu SER?