En esta entrevista, Nicolás Gómez Vega Contador Público (Tomo 168 – Folio 249 – CPCEPBA) nos invita a reflexionar sobre el impacto real de la inteligencia artificial en las ciencias económicas. Desde tareas rutinarias como la redacción de correos o carga de comprobantes, hasta procesos más complejos como la revisión de estados contables, la IA avanza a pasos agigantados. Nicolás no solo explica cómo funciona esta tecnología y en qué casos conviene aplicarla, sino que también plantea escenarios futuros donde los profesionales no serán reemplazados, sino potenciados. Con una mirada clara y didáctica, propone pasar del miedo al uso estratégico, entendiendo que el verdadero diferencial está en el juicio profesional, la experiencia acumulada y la capacidad de analizar situaciones complejas que, por ahora, las máquinas todavía no pueden resolver.
En los últimos años el desarrollo de la inteligencia artificial ha generado un fuerte impacto en todo el mundo, y algo que parecía lejano hace no mucho tiempo, hoy ya está presente en nuestro día a día. Ahora, ¿Qué es la inteligencia artificial? Y eso fue lo primero que le preguntamos a Nicolás Gómez Vega y nos contó que “la inteligencia artificial básicamente es la habilidad de una máquina de poder presentar capacidades que tiene un ser humano tales como razonamiento, aprendizaje, creatividad y capacidad de planear, intentando simular la inteligencia humana en máquinas”
Sobre cuál es el impacto que actualmente tiene este tipo de inteligencia en el desarrollo laboral de cualquier profesional, independientemente de su formación, Nicolás contó que “un estudio reciente reveló que la inteligencia artificial ya puede realizar tareas que a un humano le llevan 50 minutos realizar, con un 50% de efectividad. Además, este estudio muestra que la duración de las tareas que puede realizar la inteligencia artificial se duplica cada 7 meses. Entonces, si hoy estamos en 50 minutos, y lo extrapolamos, en 2 años tendríamos que la inteligencia artificial podría hacer el trabajo que un humano hace en una jornada laboral”.
“Ahora, si subimos esa efectividad a un 80%, que sería un muy buen trabajo, la IA ya puede realizar tareas que duran hasta 15 minutos”. En ese contexto, es importante pensar qué actividades realizamos en ese período de tiempo los profesionales en Ciencias Económicas, para analizar cuáles de esas tareas podríamos empezar a delegar a la inteligencia artificial.”
Entre esas tareas, destaca “identificar a qué cuenta contable tiene que ir cierta transacción. Pero si seguimos sumando minutos a las tareas, tal vez asientos contables muy complejos o algún tipo de revisión o auditoría completa, ahí las máquinas pueden no tener aún tanto poder de razonamiento para realizarlas con alta efectividad. En el día a día, creo que donde más se está usando es en tareas rutinarias, redacción de textos, escribir mails. Pedirle a ChatGPT que responda a un cliente sobre cierta temática nos ahorra mucho tiempo. La idea es que la inteligencia artificial haga el trabajo y después nosotros revisarlo, porque no es infalible, así como los humanos tampoco lo somos”.
Para poder evitar los errores, le consultamos ¿Cuáles podrían ser las recomendaciones para una persona para achicar esos márgenes de error? y nos contó: “Los chatbots como ChatGPT utilizan modelos de lenguaje. Básicamente, son los que les permiten generar respuestas. Han avanzado mucho, y ahora tenemos lo que se conocen como modelos de razonamiento, que significa que, antes de dar una respuesta, en vez de hacerlo de forma automática, generan una cadena interna de pensamiento para luego sí poder dar una respuesta mejor. Ahora, estamos en Argentina, y en el ámbito de las ciencias económicas, más en áreas como impuestos o contabilidad, hay mucha información y es muy complejo tratar de recopilar todo. Debemos considerar que estos modelos tienen una fecha de corte. Es decir, ¿hasta qué momento del tiempo recopilaron información? Por ejemplo, si le preguntamos cuáles son las categorías actuales de monotributo, es probable que nos dé una respuesta incorrecta ya que es una pregunta de actualidad. Ahora, si usamos la herramienta de buscar en internet, que tiene ChatGPT para estos casos, ahí sí conviene, porque puede darnos una respuesta más actualizada”.
“Ahora, si nosotros estamos buscando una respuesta más precisa aún, lo que conviene es proporcionarle nosotros mismos la base de conocimiento. Por ejemplo, si necesito hacer una registración contable según una resolución técnica específica, le cargo el PDF con la RT y le pido que haga el asiento contable correspondiente a esa situación, basándose en los archivos que subí. Igualmente, siempre hay que revisar. Por algo estudiamos tantos años y nos mantenemos actualizados. La idea es delegar esa tarea, sí, pero no delegarla completamente.
Ante este marco, le consultamos sobre cuánto es potenciación para el profesional y cuánto es automatización o reemplazo de sus tareas y respondió: “Los profesionales en ciencias económicas necesitamos mucha precisión. Entonces, es entendible que aún haya, aunque cada vez menos, cierto grado de rechazo a esta tecnología. Ahora, en cuanto a si nos van a reemplazar las máquinas o no, yo lo separaría en varios plazos. Al corto plazo, claramente no, porque aún no pueden hacer tareas tan extensas. Sí se puede separar en pequeñas tareas, que esas sí las hacen muy bien, y lo importante es siempre revisarlo. A mediano plazo, un año o dos, vamos a empezar a ver lo que se llaman agentes autónomos, que es básicamente que la inteligencia artificial pueda tomar el mando de una computadora. Ya hay algunos agentes, por ejemplo, de ChatGPT o Google Gemini, que tienen sus funciones de investigación profunda, usando su modelo de razonamiento más potente”.
En relación a las tareas más específicas de los profesionales que puedan verse afectadas destacó “la famosa carga de comprobantes que hacen todos los contadores. Esa tarea, de acá a dos años la van a terminar haciendo las máquinas directamente. Obviamente, algún grado de supervisión se va a necesitar pero, por ejemplo, lo que sería el tenedor de libros, tal vez de acá a tres años, ese trabajo sí será reemplazado. Yo me imagino, de acá a cinco años en adelante, contadores humanos supervisando dos o tres monitores, viendo cómo inteligencia artificial va haciendo su trabajo en cada una de esas máquinas. Eso es algo que, pienso yo, puede llegar a pasar factiblemente en el futuro”.
“Ya casi no es necesario estudiar programación para crear una pequeña aplicación que nos solucione un problema específico. Simplemente con darle una instrucción a ChatGPT u otra IA, ya podemos generar una app sencilla sin saber programar. Entonces sí, se van a reemplazar algunos trabajos, pero se van a crear otros nuevos, como lo ha sido a lo largo de toda la historia: dígase revolución industrial, dígase cuando aparecieron las computadoras. Así es como funciona la economía, y yo creo que eso es lo que va a suceder” sostuvo.
Ahora, para los profesionales, es clave tener en claro en base a este panorama en qué sí y en qué no usar la Inteligencia Artificial y Nicolás no dudó: “Para mí en qué sí: todo lo que es redactar. Dígase un acta de directorio, una memoria de estados contables, correos electrónicos, notas. Si le damos el marco y el contexto necesario, por ejemplo, mostrándole como escribimos otras dos o tres notas anteriores, le podemos pedir a ChatGPT que nos genere una redacción similar. Todo ese tiempo son minutos que nos vamos ahorrando en el día, y que, si los vamos sumando, capaz nos ahorramos horas. Eso nos da tiempo a hacer lo que hoy en día la inteligencia artificial no hace tan bien como los humanos: tal vez un análisis de cuestiones impositivas más complejas, o hacer una declaración jurada de impuestos entera de un cliente. Hoy la IA nos puede ayudar en pequeñas partes de esas tareas, pero no en el conjunto. Los profesionales en ciencias económicas tenemos que empezar a dedicarnos a tareas que no son rutinarias, que sean más de aplicar todo lo que hemos aprendido, que son muchos años de información y experiencia, para poder ayudar a nuestros clientes. ¿En qué no la IA? Por ahora, en delegar tareas enteras de extensa duración: no le podemos pedir a ChatGPT que nos liquide un impuesto a las ganancias de una persona jurídica. Ahora bien, en análisis de estados financieros, realmente ha mejorado mucho utilizando modelos de razonamiento. Hay tantas cosas que uno hace, que realmente es un poco prueba y error: analizar si la respuesta que te está dando es buena o no. Y si no es buena la respuesta, intentar mejorar el prompt o instrucción que uno le da, brindándole mayor nivel de detalle. Y si aun así no funciona, entonces ya esa es una tarea que todavía la inteligencia artificial no está lista para realizar”
Para los profesionales que están leyendo la entrevista, le consultamos a Nicolás ¿Cuál sería la recomendación para que empiecen a implementar la inteligencia artificial en el ámbito profesional? Para lo que nos respondió: “Si nunca han utilizado, empiecen con ChatGPT, que es la inteligencia artificial más utilizada en el mundo. Y de ahí empezar a hablarle. Tienen que pensar que están hablando con una persona. Ustedes están enviando un mensaje y van a recibir una respuesta como si fuera un humano, pero que no lo es. Es un poco de prueba y error. Empezar a jugar con el hecho de poder adjuntar archivos, por ejemplo, tengo una resolución nueva que salió de ARCA y quiero un resumen para poder enviarle a un cliente porque no sé explicársela en palabras sencillas. También hay sitios gratuitos que permiten, para usuarios que no sepan de programación, realizar automatizaciones. Esas son herramientas en las que el usuario intermedio o avanzado se puede meter y que capaz no requieren tanto grado de curva de aprendizaje”.
Sobre el aspecto de la curva de aprendizaje, le consultamos si consideraba que en líneas generales es bastante sencillo como para que sea autogestivo o si recomendaba la realización de cursos y capacitaciones y aseguró: “Hay cursos para todo, disponibles gratuitamente. Ahora, si uno lo quiere para un campo específico de las ciencias económicas, tal vez no encuentre tantos tutoriales o cursos. Ahora estoy lanzando un portal de inteligencia artificial aplicado a ciencias económicas, llamado IA Económicas, en el cual la idea es bajar a tierra algunos de estos conceptos tan complejos y dar tips de cómo empezar a utilizar herramientas como ChatGPT. En los cursos que he dado, doy una introducción a ChatGPT y a la inteligencia artificial, para entender cómo funciona. Porque si uno no comprende si las respuestas de la IA surgen “por arte de magia” o no, a veces es complicado entender bien la lógica detrás de todo esto. Hay un montón de herramientas gratuitas para aprender, y lo importante es buscar herramientas que estén aplicadas a las ciencias económicas, si el interés que tiene uno es aplicarlas al trabajo.”