En la edición 109 de la Revista GBA Profesional, conversamos con el Dr. Marcelo D. Rodríguez (Tomo 89 – Folio 194 – Legajo N° 22967/9 del CPCEPBA), Contador Público de la Universidad de Buenos Aires donde también es docente de grado y posgrado; es columnista en medios especializados, miembro activo de la Asociación Argentina de Estudios Fiscales y de la International Fiscal Association, además de autor de 15 libros de la especialidad Impuestos, entre los que se destacan “Ganancias, Bienes Personales y GMP”, “Ingresos Brutos” y “El Nuevo Monotributo”.
La entrevista, en el marco de un comienzo de año revolucionado en materia impositiva en el país, giró por el análisis de la actualidad, las políticas tributarias tomadas por los gobiernos y el impacto en los sectores con mayor exposición a las medidas, además de una reflexión de cómo se llegó a una instancia tan crítica.
Al ser consultado por la situación tributaria actual, Marcelo Rodríguez realizó un análisis sobre las políticas aplicadas los últimos años que tuvieron impacto en la actualidad: “Pasamos de un gobierno que cometió muchísimos errores, desfinanció las arcas del Estado, tomando decisiones, desafortunadas, con fines electoralistas, lo que implicó una carencia importante de recursos genuinos, como son los recursos tributarios, que fueron permutados por recursos no genuinos y que generan un financiamiento anómalo del gasto público, por ejemplo, la emisión monetaria. Eso tuvo un impacto muy nocivo en la economía, con un incremento muy importante de los índices inflacionarios, y hoy, estamos pagando naturalmente las consecuencias”
Entre las políticas que destaca como las de mayor impacto para la situación actual, se encuentran el diferimiento del pago del impuesto al valor agregado y los aportes previsionales para empresas que suscribieron el acuerdo de precios. “Eso implicó falta de caja durante muchos meses, el diferimiento del pago de compromisos de autónomos, de los tributos, de los contribuyentes, que, bueno, se empezará a pagar en los próximos meses. Y hay un tema no menor que genera una situación compleja para la recaudación, que es el ajuste impositivo por inflación de las empresas, que si bien en buena hora que se puede aplicar tal cual como lo marca la ley, sin ningún tipo de limitantes, eso naturalmente genera que con una inflación, como hemos tenido, por ejemplo, enero a diciembre, del 211%, una empresa que está expuesta frente a la inflación, muy probablemente no pague impuestos a las ganancias por el impacto que esto trae aparejado, y en consecuencia es una cuestión muy negativa para la recaudación del Estado”.
En relación específicamente a la discusión relativa al impuesto a las ganancias aseguró: “Es otra cuestión muy preocupante la distorsión del impuesto. Lo que se hizo el año pasado, modificando radicalmente su estructura, que es un impuesto que pretende alcanzar adecuadamente la capacidad contributiva, contemplando las especiales características de los contribuyentes, los aspectos personales, quedó absolutamente distorsionado toda vez que se tomó un parámetro arbitrario, hoy se empieza a pagar a partir de $ 2.340.000, dejando fuera del ámbito de imposición a ciertos individuos que presumiblemente tienen capacidad contributiva. Eso obviamente genera aparte un efecto colateral que es la baja de recursos que generan las provincias, que son recursos coparticipables. Lo que obviamente impulsó al gobierno a no poder modificar esto rápidamente, apenas esta nueva Administración toma el poder, a instrumentar otros mecanismos de recaudación como ser, por ejemplo, cobrar impuesto PAIS sobre las importaciones, que son impuestos que distorsionan los precios relativos y naturalmente tienen un plazo perentorio de tiempo”.
Una de las situaciones más complejas que afronta actualmente el gobierno argentino tiene que ver justamente con la relación con las provincias producto de la falta de recursos coparticipables, lo cual impone a las provincias ante una situación de crisis económica debido a la falta de capacidad de afrontar sus obligaciones. En este sentido, Rodríguez sostuvo que esto “motiva que la voracidad de los fiscos locales que están financiando casi el 80% de sus presupuestos con el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, impulsando regímenes de recaudación que generan una situación anárquica donde los contribuyentes tienen hoy una generación de saldos a favor inmanejable que obviamente le quitan recursos a partir de este empréstito forzoso que tienen que hacer con las haciendas locales y de alguna manera están pagando impuestos de una forma descomunal sin tener ningún parámetro de razonabilidad. Resulta entonces que el impuesto que se paga excede sensiblemente el monto que deberían estar pagando si se aplicara a partir del monto de ingresos considerando las tasas de imposición previstas por la legislación provincial. Es decir, que no tan solo se han elevado las alícuotas, sino que aparte padecen la generación de saldos a favor por el enjambre de regímenes recaudatorios creados por la decisión de las provincias”.
Acerca de esta situación remarcó que “Las provincias en general tienen una situación fiscal más sólida que la Nación. Han generado recursos por parte de envíos que le ha hecho el gobierno central, no tan solo la administración anterior sino que ya desde el gobierno del presidente Macri donde han consolidado sus presupuestos con ingresos, pero han generado gastos con lo cual al cercenarles los recursos coparticipables que pierde la Nación en función a lo que es la baja de la recaudación del impuesto a las ganancias, empiezan a tener problemas máxime hoy día que el Estado Nacional ha tomado la decisión de no enviarle las partidas discrecionales que tal vez estaban en los presupuestos. Por tal motivo se viene un embate mucho más gravoso del que ya hoy tenemos sobre el impuesto a los ingresos brutos donde, repito, los mecanismos de recaudación en la fuente están generando hoy sumas descomunales de saldos a favor de ingresos brutos que generan un efecto muy nocivo en el capital de trabajo de las empresas”.
Sobre las decisiones que ha tomado el Gobierno actual en materia fiscal, en el marco de las limitaciones del artículo Nro. 4 de la Constitución, el cual no permite la creación de impuestos ni su derogación por Decreto del Poder Ejecutivo, resaltó “el impulso que le dio esta administración al proyecto de reforma impositiva, revirtiendo lo que fue la reforma de Massa del impuesto a las ganancias, pretendiendo derogar el impuesto a la transferencia de inmuebles, el ITI, como así también alguna modificación importante del impuesto sobre los bienes personales, donde se daba por tierra la discriminación entre las tasas correspondientes a los sujetos que tienen bienes en el país, alguna posibilidad de pagar 5 años por adelantado para dejar de pagar por incrementos patrimoniales futuros; ni que hablar para los monotributistas, que la propuesta era incrementar muy significativamente las categorías y le aseguraba que mensualmente el parámetro de adhesión se iba a modificar vía IPC, una situación de alivio, ya que la espada de Damocles de ir al régimen general como tiene hoy, realmente no la iba a tener”.
“El año pasado la Administración de Massa, ministro de Economía, impulsó la creación de un decreto en virtud del cual se instó a la AFIP a modificar las tasas de imposición del impuesto a las ganancias, en agosto y en octubre, con efecto retroactivo. Eso generó que muchos contribuyentes pagaron menos impuestos sin sustento legal, es decir, un decreto no puede modificar las alícuotas de imposición. El proyecto de ley que envió al Congreso el Presidente Milei contemplaba la ratificación de los cambios impulsados por decreto durante la administración anterior. Hoy eso no existe, con lo cual hasta los contribuyentes tienen el riesgo de que el fisco perfectamente podría reclamarle vía la empresa las sumas que no han sido retenidas en su real cuantía”.
Otra de las medidas de alto impacto que tuvo el gobierno actual desde su llegada fue el DNU, el cual el Dr. Marcelo Rodríguez “tiene algunos ribetes interesantes, por ejemplo, en el caso de los alquileres. El hecho de que se haya derogado, también deroga la modificación que impulsó Massa en esa ley que daba beneficios fiscales que fueron, evidentemente, electoralistas. Por ejemplo, un individuo que tenía un inmueble destinado a locación y era monotributista, no pagaba monotributo sobre ese bien o algún beneficio en bienes personales. El resto no tanto porque el DNU no pudo nunca tener impacto fiscal porque los impuestos emanan de la ley”.
En este sentido, desde una mirada de transformación de la situación impositiva, Rodríguez aseguró que “las herramientas que tiene este Gobierno para generar recursos genuinos son limitadas. Son limitadas porque vienen de la anuencia que puede tener el Congreso y seguramente esta posibilidad que estamos viendo ahora de que se impulsen algunas leyes, no en una ley óptima, sino las llamadas leyes fitito; seguramente va a ir al Congreso la reforma que modifica ganancias, que le da un aire a los monotributistas, que instala la moratoria, que trae blanqueo, que es absolutamente necesario hacerlo. Hoy la mochila de deuda que vienen las empresas es impagable y no por nada la Administración Federal de Ingresos Públicos emitió recientemente una resolución general en virtud de la cual se inviabiliza al fisco, se autolimita al fisco de iniciar juicios de discusión fiscal y de trabar embargos hasta el 31 de julio porque de otra manera esa deuda que contribuye no puede regularizar, porque la moratoria no está vigente, evidentemente algo hay que hacer. El Congreso tiene que reunirse y tiene que definir esto ya mismo”.
En este marco, en varias oportunidades se aseguró que los principales perjudicados producto de la situación son las Pymes y los Monotributistas, y frente a esto Marcelo Rodríguez redobló la apuesta y sostuvo que hoy estos grupos “tienen un problema mucho más complejo que la parte impositiva, que es la recesión que está habiendo en la economía”. Al ser consultado por los motivos, expresó: “El ajuste que está transitando este gobierno no es por precios, sino que es por cantidades, es decir, el objetivo es lograr secar la plaza de pesos, lograr, de esa manera, vía recesión, estabilizar la economía, y bajar la inflación. En el medio están las pymes y los cuentapropistas que viven al día y que, al haber carencia de recursos, dejan de ir a comer a un restaurante, a cortarse el cabello y en consecuencia de eso genera una recesión”.
“En la escala de valores y de prioridades de la Pyme y de monotributistas no está pagar las deudas del monotributo o no está pagar el IVA, eso se financiará viendo cómo lo paga. Hoy el foco está dado en intentar facturar, pagar los sueldos, pagar las cuentas que se han incrementado sideralmente, pagar la medicina prepaga de corresponder, pagar el colegio, pagar el alquiler, es decir, el foco está dado en la continuidad del negocio y sobrevivir a una economía altamente inflacionaria y altamente recesiva. La estanflación de la cual nos ha hablado tanto el Presidente Milei llegó para quedarse, esperemos que rápidamente esto se revierta, pero bueno, lo dijo el Presidente, lo dijo el Ministro de Economía, esto, digamos, va a tener el momento más complejo en marzo y en abril” aseguró Marcelo Rodríguez.
Sobre la evolución del proceso, desde su mirada sostiene que “la famosa V corta de la cual hablan los economistas, donde tenemos una baja en la actividad económica para después subir rápidamente, es muy probable que no sea una V corta, sino que se transforme en una L. Entonces vivamos un periodo de mantenimiento de esta situación recesiva para después salir”.
Finalmente, cerró la entrevista reflexionando para entender cómo llegamos a esta situación tributaria tan compleja en Argentina y aseguró que el país “tiene un enjambre de impuestos que realmente hacen que se diga que es el país que mayor cantidad de impuestos tiene. Lo cierto es que los impuestos que realmente recaudan no son los 170, en los 170 no hay solo impuestos, sino que además están las tasas, contribuciones y demás. Es decir, con la idea de simplificar el sistema tributario debiéramos poder reducir la cantidad de impuestos. El problema es por dónde arrancamos ya que en un momento como este tan recesivo y tan complejo, nadie se atreve a bajar impuestos, lo dijo el Presidente, lo dijo el Ministro de Economía, hasta que no regularicemos la macro no vamos a poder bajar impuestos. Lo que sí debiera, de una vez y para siempre, haber un consenso sobre la eliminación de ciertos tributos nocivos para la economía.
Si bien esta propuesta ya fue considerada en pasado en los denominados “Consensos Fiscales”, de los años 1994 y 2016 donde la Nación y las provincias se reunieron para intentar desentramar este enjambre, eliminando tributos distorsivos, como por ejemplo el caso del impuesto sobre los ingresos brutos, que es sumamente distorsivo porque genera el efecto piramidación, el impuesto de sellos, la tasa de seguridad e higiene municipal, otras tasas municipales, que naturalmente son las herramientas que tienen las haciendas locales para financiarse”.
“Yo creo que antes de pensar en destrabar este enjambre, hay que empezar a destrabar el enjambre del gasto público. Yo creo que se ha acertado el camino que está llevando adelante este gobierno, a partir de decir, equilibremos las cuentas del Estado, reduzcamos los gastos públicos, reduzcamos los gastos que no sean necesarios, eso va a generar que no se necesiten los recursos crecientes que el Estado habrá de tener, primero será vía eliminación del vicio de la emisión monetaria para luego recién pensar en bajar los impuestos. Yo siempre digo que antes de pensar una reforma estructural en nuestro sistema tributario, que todos podemos dar ideas al respecto, hay que analizar la vertiente del gasto. Es decir, reducir el gasto público para después repensar el sistema tributario, haciendo eficiente la recaudación y fundamentalmente tratando de cobrar impuestos a aquellos que tienen mayor capacidad” sostuvo el Dr. Marcelo Rodríguez.